DESALOJO-BARRAKON
Después del paso por los juzgados de Iruña (paso marcado por la tensión y la represión por la que tuvimos que pasar toda aquella persona que nos acercamos, por parte de la policía foral) y de que el juez del circo provincial de Navarra desestimase nuestra opinión, a principios de junio del 2002 comienzó el desalojo.
Después de sacar todo lo que quedaba en el gaztetxe comenzaron con el derribo total del edificio; los recuerdos del sinfín de actividades, las vivencias, etc. hizo que las cercanías del gaztetxe se llenaran de personas solidarias frente a la presencia de un impresionante despliegue policial por parte de la guardia civil. Ese despliegue duraría casi una semana, en la que se dieron diferentes protestas desde la juventud y otros sectores de Lizarra. Dos jóvenes fueron agredidos y detenidos en una de estas protestas por parte de la policía municipal “que se animo a la fiesta de represión policial”.
La respuesta del ayuntamiento también fue sin precedentes, desplegando a la guardia civil afuera del consistorio y exigiendo el DNI para poder entrar en el pleno en el que se iban a pedir explicaciones.
El espacio estaba derribado, pero las ganas de disponer de un gaztetxe seguían fuertes y tras varias asambleas (de nuevo en el frontón Lizarra) se decide intentar okupar el antiguo barracon del ferrocarril en la trasera de la estación de autobuses.
Fue a la mañana cuando casi un centenar de jóvenes okupaba el barracon, enseguida llego la policía municipal y accedimos a salir y hablar con la alcaldesa “asustada por nuestra actuación”, aunque no dejamos de realizar actividades afuera del barracon.
Tras hablar, sin ningún tipo de acuerdo con la alcaldesa y después de una buena comida se hizo una asamblea y se decidió entrar de nuevo en el barracon, ante la mirada perpleja de la policía municipal.
Durante varias horas permanecimos dentro hasta que llego un gran despliegue de la guardia civil. A partir de ahí hubo tensión y fuimos desalojados haciendo nosotr@s resistencia pasiva al desalojo.
De nuevo en la calle, había que buscar soluciones y la encontramos, un chalet en santa bárbara.
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